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jueves, 27 de agosto de 2009

El neomodernismo literario - Ángel Brichs


[La literatura, al igual que estos fragmentos lógicos, que yo defino como "Lógica fragmentaria", es una marea obstinada de pensamientos, a la vez inconexos, a la vez lógicos y objetivos, o abstractos y subyacentes del Ser, pero, con todo, son pensamientos, que, producto de los sentimientos o los estímulos, se materializan sobre el papel. Una vez que estos pensamientos se plasman, evidenciándose como praxis sobre la “tela”, son enumerados y homogeneizados por el autor, dando forma al texto, más o menos ordenada y según su criterio. Hasta ahí bien, pero es de la extrema corrección y el índice capitular por lo que se transmuta el código literario en ensayo lingüístico. Es por ello que debemos rehuir de tales menesteres, apreciando más la realeza y libertad de nuestros actos que la lógica vital de todos ellos. Y es que la literatura como género no existe, ya que es ella una faceta del SER y no del ESTAR.


Como recalcaba Isócrates, el mundo sigue su orbe, a veces de forma ilógica, a la vera vanal. Pero es que la capacidad abstractiva del hombre sólo aparece en aquello que le interesa o tiene que esforzarse, excepto en todos los aspectos cotidianos que se realizan “sin pensar” siquiera. Como anunciaban los clásicos griegos como Dionisio de Halicarnaso, sobre la capacidad de argumentación lógica (Heuresis y Krisis), interviene mediante la respuesta cognitiva y a la vez ilógica, fundamentando la lógica ilógica, creando una mejor oikonomia retórica, situando la acción elemental en el momento oportuno o Krisis, sin tener que vernos guiados a la “imitación” y valorando el figurativismo como la orientación hacia el juicio que buscamos. Es fácil existir y vivir pero, de que sirve “vivir” sino reivindicamos nuestro elemento más preciado que es la mente. La sociedad actual, automonopolizada por su fashion-cult evoca insuficiencia renal. Provoca la insuficiencia hepática más trascendente que la cólera de un diabético que no puede comprar insulina. Es esa facilidad y “dejadez” lo que nos hace creer normales, eso sí, como mascotas, sin criterio. Y digo yo, ¿dónde vamos así? ¿no es mejor envolvernos en una sábana y seguir soñando? El apogeo neocapitalista trasgrede la retórica interna del ser, perfilándose como una realidad idiosincrática carente de lógica verbal propia, es en definitiva, la transmutación del arte en Cultura de masas. Los artistas actuales, tanto los que van al taller literario como los que estudian en una academia o en la Universidad, no son más que falsificadores literarios. Están sometidos a la moda. Esa moda del momento que los hace escribir de una forma un día y de otra muy diferente, dos más tarde. Hay diversas variantes del falsificador artístico-literario. Una es la del escritor convencional que publica dos Best seller al año o el que escribe un par o tres de novelas cada temporada para vivir del postín editorial. Ese resulta ser un ejemplo claro del gran falsificador artístico. La otra, no obstante, es una clase de escritores o seudoescritores que instruyen a la población para escribir Literatura. Estos son los peores falsificadores de todos ya que estos promueven una forma de proselitismo que hace imposible la innovación creativa independiente. El arte no se puede enseñar, no es algo que se pueda aprender, es innato, visceral y completo. O todo o nada. Las impurezas no existen, sólo lo puro y lo abstracto yace en el artista, el cuál es tal y como hemos dicho antes, el procurador artístico en la Tierra. Cada día vemos ejemplos más claros del "arte" que el Ser Humano hoy día preconiza. No valga la pena decir que las manifestaciones de los últimos meses de los guionistas de Hollywood, como claro ejemplo de ello. ¿Éste es el tipo de cultura que el Ser Humano desea? ¿Merecemos una cultura sin esfuerzo? Algunos dirán "un profesional ha de ganarse el sustento". Un profesional sí, no un artista. Es el esfuerzo lo que vale. El esfuerzo sólo se puede recompensar con esfuerzo. He aquí donde radica el don del artista; esto es la voluntad. Pero no nos engañemos. No es el arte aquello que domina al público hoy en día sino las tendencias y las modas. El arte, o como se entiende hoy "la cultura de masas", evoca el gusto por lo bonito y rehuye "lo bello". El público, el cual, ha hecho de sus héroes al Dr. House o los detectives del CSI y los venera y los hace suyos en todos los actos que realiza, pensando ser como ellos. El mundo está desquiciado, evoca modas, las promueve, está influido por ellas, no piensa con cordura; ya ha perdido el concepto tradicional de la vida y del conocimiento, rehuye esos aspectos y sin percatarse en nada, sigue recto como una máquina, como un robot.

Esos ejemplos expuestos son la clara muestra de en lo que se está convirtiendo nuestra sociedad democrática. La población duda y ve con incerteza esas manifestaciones del Séptimo Arte (y mayormente por mostrárselo los mass media) a lo que un minuto después, se sacude el polvo viendo un concierto de rock u otro affaire que le agrade. Estamos sodomizados, expuestos ante una cultura de lo bonito que precisamente no nos profesa amistad sino más bien apatía. Tropas de pretendidos artistas llenan día a día la pantalla del televisor con programas de autopromoción como Operación Triunfo y Fama u otros reallity-show, para hacernos creer que el arte es dominable "por todos", para acercarnos de forma universal a unos y a otros. Para mí no es más que la prueba palpable de que la cultura de masas está en crisis. Crisis de ideas, de valores, que hacen que esa mentira total continúe siendo mentira y se resuelva en un montón de mentiras que ya no hace vibrar a la gente. Ello se intenta resolver con una interacción total entre el público y el "artista". Se pretende dar una oportunidad a ese mundo en el que la cultura lo deja de lado, convirtiéndolo en copartícipe de ello. Sería anodino creer eso; más de un terco insensato que de un pop men del momento. Pero esa persona pop, no sabe o ya no se acuerda qué es en sí el arte. No sabe que el arte no puede ser regalado ni a la vera, prestado; es en sí un estado neutro que pertenece a todos y a nadie; y esos programas no hacen más que desprestigiarlo, haciendo creer que es algo trivial que está al alcance de todos; que se puede conseguir sin esfuerzo. Es esa vulgaridad e incluso la posibilidad de expresar estas palabras aquí hace vernos más al espejo en lo que nos hemos convertido. Somos como la llaga de un apestado, ya nada nos afecta, nos comemos todo lo que nos meten.

Se ha perdido la noción del arte, y un estado de catalepsia denota el espejismo cultural que poseemos, producto de un alzheimer artístico que cada día nos afecta más como personas.]

(c) Ángel Brichs

escritor y crítico español, colaborador de Literatura del mañana

literaturadart.blogspot.com

Este fragmento forma parte de un extracto del capítulo Consecuencias Lógicas del Neomodernismo y su aplicación actual del libro “EL NEOMODERNISMO LITERARIO o Una visión artística de la Literatura” y cuyo autor es Angel Brichs Papiol. El objetivo de este fragmento es sólo de carácter informativo e introductivo para el futuro lector y comprador del libro completo y en ningún caso se permite su reproducción, modificación, venta o re-venta con fines onerosos o particulares sin aceptación previa de la Editorial y del autor. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

publicado originalmente en Literatura del mañana literaturadart.blogspot.com

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