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martes, 30 de noviembre de 2010

Sobre La novia robada de Juan Carlos Onetti . Martha Minteguía

           Onetti fue uno de los mejores exponentes de las letras hispánicas del siglo XX .Autor de relatos y novelas , a partir de su obra "El pozo", comenzó a situar todos sus escritos en Santa María, universo imaginario a través del que sentó escuela en la narrativa latinoamericana. Exiliado en España desde mediados de los setenta, obtuvo el prestigioso premio Cervantes en 1980 y el reconocimiento de su país, una vez que éste recobró la democracia, con el Gran Premio Nacional de Literatura en 1985. Novelista desconcertante, alcanza en sus relatos y cuentos el punto máximo del desconsuelo. Trabaja el tiempo en forma admirable. Se intenta en ellos reconstruir motivos, personajes sin conseguir más que enunciarlos y seguirlos a tientas en la cavernosidad de su literatura bajo la resonancia de dos frases de Eladio Linacero, narrador de El pozo: Seguirlos ( “ palpando o tocando con las manos para conducirse en la oscuridad" ). En ellos hay que tener el sentido y el tacto de no tocarlos demasiado. Tal vez toda la literatura de Onetti haya sido la búsqueda obstinada de un alma o de esa cadena integral de todo ser. De modo que si en el texto, el lenguaje es exilio, también es asilo, interioridad y exterioridad al mismo tiempo. Tanto en la literatura uruguaya como en la argentina hay una rica presencia de Horacio Quiroga, Roberto Arlt, Jorge Luis Borges y Julio Cortázar. Entre estos dos últimos, entre ambas generaciones, hay que situar la obra de Onetti. La literatura de América Latina ha confundido aquí sus propias raíces con la narrativa extranjera. Los norteamericanos Hemingway y Faulkner , principalmente , pueden ser rastreados en Onetti , pero no es posible hablar de una imitación o una exagerada influencia ; del mismo modo puede señalarse la presencia de Hemry James, Gide, Sartre, Joyce y Flaubert .

La historia que cuenta en La novia robada (1968 ) traza la enorme desventura de una mujer, Moncha Insaurralde, dominada por su vestido nupcial, una novia venida de un viaje a Europa para casarse con un muerto , Marcos Bergner . Es el recuerdo de un recuerdo : el de la joven que en las noches de luna  se pone el vestido que no pudo usar en su casamiento.
El relato se inscribe dentro del ciclo de Santa María, donde se desarrollarán varios cuentos del autor, y no es tan sórdido como algunos otros . Transcurre en un mundo cerrado, de autorreferencias y autoalimentado. Personajes, lugares,motivos  retornan, es verdad, pero nunca son los mismos. El texto es abierto al mundo, algo que viene incesantemente, sin nunca acabarse en una verdad, comunicando siempre un sentido ausente.
Y esa reverencia y misterio que surge de quién le habla a esa Moncha  y la imagina paseándose por los jardines en las noches de luna envuelta en su traje nupcial …
El autor utiliza aquí la escritura de una carta para reponer lo que falta, lo que no se sabe, bien para una rectificación. Reconstruye la historia no contada, rescatan los sentidos perdidos, reconstruyendo la voz y el cuerpo de los ausentes a través de una forma particular de diálogo. Se produce una interacción diferida y distanciada entre un emisor que inscribe su subjetividad en el texto, y un destinatario , figurado , un “tu” al que se dirige y dedica la escritura.
En la carta, la palabra del otro se inscribe en el texto . Supone un envío, se desplaza, circula. La recepción escapa al control de quién la remite y por lo tanto, puede ser interceptada, leída por otros a quienes no fue dirigida . Es un significante que suscita robo o desvío . Si lo comparamos con La carta robada de Edgard Alan Poe , vemos que él abrió con sus relatos la puerta a los géneros policiales , fantásticos y de terror . Creador del “Cuento moderno” , en sus historias, el crimen , el misterio y el terror se adueñan de las fantasías colectivas de los habitantes de las “grandes ciudades”. Los pueblos con pocas casas, gente y calles , se transforman en centros urbanos con nuevas multitudes y mapas similares a laberintos. Así , la “ciudad grande pasó a ser un enigma por resolver”. Sus casas parecen cárceles o trampas mortales, con vecinos extraños o aparentemente locos en callejones sin salida . Poe imaginó temas , mitos y miedos urbanos. El buen cuento debía para él, ser breve, impactante por su tema y atmósfera oscura, tener suspenso , así se convertía en una estructura cerrada y compacta.
La carta robada pertenece al género policial . Su discurso conforma parte de una trilogía compuesta por: Los crímenes en la calle Morgue ,El misterio de Marie Roget y el cuento del que hablamos,donde las historias se complementan con el inspector C. Auguste Dupin como el investigador . ¿No hace lo mismo Onetti  en su ciclo de Santa María?  Desde mi punto de vista, la respuesta sería positiva .
La influencia discursiva de Faulkner es notable en ambos escritores.
En La novia robada el mismo relato habla de una carta dirigida a la “novia muerta-robada”. La forma epistolar es ante todo un diálogo escrito con lo que queda del otro: 
( su palabra-voz resonando) ausente (destinatario lector). Hay un juego del “dual”, en una cita alternada con la muerte como en todo duelo, lleva al extremo la invención permanente de las funciones de los participantes. La carta es el modelo del discurso bifocal: se orienta no sólo hacia lo que dice sino hacia otro relato , incluye la palabra del otro y hace presente la cita - tácita o elíptica del discurso de su destinatario. Pensemos en Poe y La carta robada que cierra una trilogía circular y en Onetti y su Novia robada, que corresponde al ciclo Santa María donde vuelven personajes de otros relatos.
El paralelo es notable entre los dos autore.  Para ambos toda carta, toda escritura es una carta robada. En los dos autores solo hay disparidad en el
“modo” de abordar la realidad .
Poe es policial puro en cambio  Onetti solo roza el género .
El personaje es referencial siempre en ambos. Si se borrara el “referente  y su representación” se caería en puro idealismo .
El mundo de Onetti se construye con trozos de recuerdos , fragmentos de realidades vividas o percibidas, y se proyecta en imágenes a veces tan contradictorias como la realidad misma, tan cambiantes como las ópticas desde las que se observan. De allí provienen los distintos “ puntos de vista “ narrativos .
Hay un “narrador colectivo”( los notables de Santa María ) que comenta los acontecimientos: la trama gira en una acción única : Moncha realiza alucinadas peregrinaciones y culmina en su suicidio. Su locura es un refugio y la muerte su liberación. La comunidad mantiene la complicidad de la mentira y el mundo ilusorio del personaje. En el cuento de Poe, aparece el raciocinio y lo analítico, propio de lo detectivesco. No existe una carta visible pero sí una reflexión de cómo escribir o pensar en el otro. Hay premisas de por medio , y un exacerbado abuso de la lógica matemática.
Es una narración desafiante, que genera interrogantes. Onetti busca siempre contar historias de almas donde subrepticiamente se filtra él mismo, aún inconscientemente. Tiene también un rigor discursivo pero distinto, maneja
“la creación dentro de la creación”; asiste a un proceso de invención que es una verdadera “ metamorfosis” de la realidad y de la propia ficción.Trata de demostrar que el hombre está destinado al fracaso o la desesperanza.

En definitiva, entiendo que entre ambos escritores un “cierto” paralelismo como “cierta” diferencia. Onetti destaca su maestría en el mundo de ficción y Poe lo hace con el género policial. Es evidente que se nota en el cuento del primero, el mayor brillo Faulkneriano : La nada se ofrece nítida.
En La novia robada , la estructura epistolar lleva a leer el relato como una suerte de regalo, un envío a Moncha Insaurralde de su propia historia, como si el olvido y la ignorancia de los habitantes de Santa María se hubieran expropiado de ella. Moncha no es tanto una novia despojada de su boda como una mujer desposeída de su propio relato.
La forma epistolar escenifica en el cuento un envío que viene a reparar este robo. Aquí se plantea la cuestión del saber y no saber respecto a la historia. El narrador parece ubicarse afirmando : “yo sé más y mejor “ frente a aquéllos que desconocen u olvidaron lo vivido por la novia. Sin embargo, cuando se enumera colectivo en el “nosotros”, reconoce su desconocimiento, su no saber : “ todavía no sabemos , por eso contamos”. El cuento de Onetti explicita una característica de toda carta: la combinación de cierto grado de conocimiento y ficción en la construcción del destinatario.
Cuando busca definirse, por un lado dice : “ una carta de amor o cariño o respeto o lealtad” , para luego desdecirse con: “ no es carta de amor o elegía “ . Como señala Roland Barthes, “ la carta de amor espera su respuesta, obliga al otro a responder”, pero en este caso, va dirigida a quien ya no puede contestar. Dominan la inestabilidad y la indefinición. La carta-cuento,cita y transforma, roba y desvía, inscribe y reescribe el texto. El autor es sustituto del muerto o sustitución de la ausencia. Realiza en la escritura la ceremonia de bodas que no se cumplió en la realidad.

©Martha Minteguía
Mar del Plata
Provincia de Buenos Aires

Bibliografía:
Barthes Roland : Fragmentos de un discurso amoroso , Buenos Aires: Siglo XXI (2006)
Ludmer Josefina, Los procesos de la construcción del relato, Sudamericana (1977)

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