El material humano
Rodrigo Rey Rosa
Anagrama
(Buenos Aires)
Del tema del pasado se han ocupado grandes escritores, por ejemplo Borges, cuando en “Otras inquisiciones” dice : “…el propósito de abolir el pasado ya ocurrió en el pasado – y paradójicamente- es una de las pruebas de que el pasado no se puede abolir. El pasado es indestructible; tarde o temprano vuelven todas las cosas, y una de las cosas que vuelven es el proyecto de abolir el pasado…” (1).
También la ensayista Beatriz Sarlo dice en su libro “Tiempo pasado”: “…el pasado es inevitable y asalta más allá de la voluntad y de la razón. Su fuerza no puede suprimirse sino por la violencia, la ignorancia o la destrucción simbólica y material…(2). Y además: “… el pasado es siempre conflictivo. A él se refieren en competencia, la memoria y la historia, porque la historia no siempre puede creerle a la memoria, y la memoria desconfia de una reconstrucción que no ponga en su centro los derechos del recuerdo (derechos de vida, de justicia, de subjetividad…”.
“…Del pasado puede no hablarse. Una familia, un estado, un gobierno pueden sostener la prohibición; pero sólo de modo aproximado o figurado se lo elimina, excepto que se eliminen todos los sujetos que van llevándolo (ése fue el enloquecido final que ni siquiera logró la matanza nazi de los judíos). En condiciones subjetivas y políticas “normales”, el pasado siempre llega al presente…”. (2)
Del pasado de Guatemala y de sangrientas represiones trata este nuevo libro del autor guatemalteco Rodrigo Rey Rosa.
A través de un narrador en primera persona en apariencia un relato autobiográfico, quien se propone visitar un insólito Archivo con documentación del antiguo Palacio de la Policía y de otras comisarías departamentales con libros de actas que datan de la década de 1890.
Ahí, el narrador personaje se encuentra con fichas de distintas personas que han sido fichados con motivo y sin motivo y así consta en ellas.
Como en un laberinto, este narrador personaje sabe que podrá encontrarse con el Minotauro. Pero sólo hacia el final de la novela y ambiguamente podrá saber quién es.
El pasado indígena, las luchas guerrilleras, la represión del estado, todo está ahí, en el libro y fragmentariamente, en los personajes que van apareciendo.
A la manera de un diario, apuntes y notas del narrador, el relato se va armando, se intercalan con retazos de la vida personal de aquél, quien parece luchar por vivir el presente: tiene una amante, una hija pequeña, hermanas, padres, amigos a quienes frecuenta.
“Pero al pasado, llegado de no se sabe dónde, el recuerdo no permite que se lo desplace; por el contrario, obliga a una persecución, ya que nunca está completo” (2) asalta al personaje, llevándolo una y otra vez a seguir con su investigación, entrevistándose con personajes que pueden acercarle ese pasado y construyendo una trama donde el miedo y el suspenso pesan.
El libro tiene ritmo, una prosa ágil, una historia a la vez triste, de un pasado reciente y común a muchos países latinoamericanos.
Se trata de un libro excelente y un extraordinario narrador.
Resulta imprescindible su lectura.
Rodrigo Rey Rosa nació (Guatemala, 1958) estudió en Guatemala, vivió en Nueva York y en Tánger, Marruecos. Ha traducido al español varios libros de Paul Bowles y a otros autores como Norman Lewis, Paul Léauteadu y Francois Augiéras. Vive actualmente en Guatemala. Es autor de una amplia obra literaria traducida a muchos idiomas. Entre sus títulos más destacados figuran Cárcel de árboles, Que me maten si..., La orilla africana y Caballeriza, publicados todos en Seix Barral.
© Araceli Otamendi – Archivos del Sur
Bibliografía:
(1)Jorge Luis Borges, Nataniel Hawthorne, Otras inquisiciones, Alianza Editorial
(2)Beatriz Sarlo, Tiempo pasado, Siglo XXI Editores
Gracias, me impulso a comprar el libro.
ResponderEliminar