A veces pasa. Un autor está trabajando en una novela, y muere. Queda una novela inacabada. Un trabajo a medio hacer.
La propuesta de lectura que os hacemos esta vez es la de tres ejemplos de "inacabados".
Enmig de la nit de William Irish, era un manuscrito que acabó Lawrence Block, buen conocedor de la obra de Irish.
El ejemplo más conocido de inacabados en la novela negra es, quizás, El misterio de Poodle Springs, de Raymond Chandler, que Robert B. Parker, buen conocedor de la novela negra con detective —el mismo es autor de la serie Spencer—, reemprendió y acabó.
También tenemos un ejemplo más cercano en El guardián de las esencias, de Justo Vasco, un cubano afincado en Gijón y que durante años los adictos a la Semana Negra de julio habreis conocido como organizador y mano derecha de Paco Ignacio Taibo II. Al morir dejó inacabada la novela, que completó el también cubano Amir Valle.
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