(Buenos Aires)
El martes 5 de octubre, la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) y Casa Árabe de España organizan el evento estreno en Buenos Aires del documental “Expulsados 1609, la tragedia de los moriscos”, una película conmemorativa del IV Centenario de la Expulsión de los Moriscos de España producida por la Casa Árabe. La actividad, libre y gratuita se desarrollará en la sede de posgrados de la UNTREF de Viamonte esq. San Martín, primer piso sala 2 (CCBorges).
Dirigida por Miguel E. López Lorca, la película narra la historia de la expulsión en 1609 de este grupo de españoles descendiente de los andalusíes musulmanes, ocurrido durante el reinado de Felipe III. Considerando que esta experiencia de intolerancia y racismo sociocultural y religioso está escasamente presente en la memoria colectiva e histórica de la España actual y en el marco del IV centenario de su expulsión, que se cumplió en 2009, la Casa Árabe a través de la producción y difusión del documental-ficción “Expulsados 1609, la tragedia de los moriscos” busca contribuir a la recuperación de la memoria contra la intolerancia y al aprendizaje del valor de la interculturalidad y ayudar para que los españoles tomen conciencia de lo que ocurrió en el pasado y realicen la necesaria lectura actual.
En el acto inaugural, previo a la proyección de la película, estarán presentes el Embajador de España en Argentina, Rafael Estrella, y el vicerrector de la UNTREF, Martín Kaufmann. A continuación, introducirán a la película Gema Martín Muñoz, directora de la Casa Árabe de España y profesora de sociología del mundo árabe e islámico de la Universidad Autónoma de Madrid; José María Perceval, periodista e historiador de la Universidad Autónoma de Barcelona; y Hamurabi Noufouri, director de la Maestría en Diversidad Cultural de la UNTREF.
Más sobre la historia de los moriscos
Según describe Gema Martín Muñoz, directora de la Casa Árabe de España, en la invitación a la presentación del documental, la expulsión de los moriscos a principios del siglo XVII es un episodio trascendental en la historia de España. Descendientes de los andalusíes musulmanes, que los Reyes Católicos forzaron a la conversión cristiana para poder seguir viviendo en su país, esta minoría fue siempre vista con sospecha y definida como “inasimilable”. En 1609, el rey Felipe III firmó el decreto de expulsión. Los moriscos se consideraban españoles en un sentido amplio y profundo, pero la sociedad hizo de ellos una minoría marginada y perseguida porque se dudaba de su fidelidad hispana y sinceridad cristiana. La pervivencia de costumbres, tradiciones, modos lingüísticos y una literatura aljamiada (castellano escrito con grafía árabe), en lugar de considerarse como uno más de los ricos regionalismos culturales existentes en los diversos reinos españoles, se valoró como la expresión de una “quinta columna” amenazadora y extraña a la españolidad liderada por un aparato represor religioso inquisitorial. La expulsión fue un acto de odio civilizacional y religioso liderado por la propia esposa del monarca, Margarita de Austria, algunos consejeros del rey que los consideraban un peligro militar y para la seguridad, por los fanáticos de la pureza de sangre y por ciertas personalidades eclesiásticas, como el arzobispo de Valencia Juan de Ribera, si bien el Papa Paulo V no aprobó su expulsión y aconsejó se continuase su catequización. La opinión historiográfica consensuada habla de 300.000 expulsados y más de unos diez o doce mil muertos en el proceso del destierro, lo que equivalió a un cuatro por ciento de la población total.
Calcular cuantos se quedaron, o incluso volvieron clandestinamente tras la expulsión, ha sido muy difícil de evaluar. No obstante existen fuentes documentales suficientes para considerar que el componente morisco no desapareció en España a consecuencia de la expulsión.
Los moriscos españoles se desperdigaron por el Mediterráneo, e incluso por África Subsahariana y el continente americano, pero donde se instaló la mayor parte fue en la costa magrebí (Marruecos, Argelia y Túnez). Allí llevaron su rico componente cultural español, su sabiduría agrícola y ganadera, su patrimonio artístico, sus apellidos hispanos, y sus huellas quedan hasta hoy día visibles. Sin embargo su adaptación no fue fácil. El desarraigo y las dificultades para acostumbrarse a un mundo muy distinto del que venían les llevó tiempo y esfuerzo. Y no siempre fueron bien recibidos. Ellos eran españoles, y su lengua, costumbres, modo de vida e incluso práctica religiosa (unos se habían convertido en verdaderos cristianos y los que habían conservado secretamente su vínculo con la fe islámica la practicaban en forma simple o imperfecta) distaban mucho del medio norteafricano al que llegaban deportados.
Esta experiencia de intolerancia, fanatismo y racismo sociocultural y religioso está muy escasamente presente en la memoria colectiva e histórica de la España actual. Junto a la de los judíos esta es la otra expulsión cuantitativamente mucho mayor pero menos conocida y debe ser publicitada y denunciada como algo que nunca deberá volver a ocurrir. En 2009 se cumplió su IV centenario y ha de ser la ocasión para crear una nueva conciencia sobre esas otras oscuras páginas del pasado. Como decía recientemente el escritor José Manuel Fajardo “El Cuarto Centenario de la Expulsión de los moriscos debería jugar el mismo papel que desempeñó en 1992 la conmemoración de la expulsión de los judíos: una ocasión para reconciliar a la sociedad española con su propia historia”. Y más aún cuando en los momentos actuales se experimenta un proceso creciente de islamofobia en las sociedades occidentales, que a su vez está alimentando el antioccidentalismo musulmán. Los moriscos y su tragedia pueden aún rendir un inapreciable servicio simbólico a favor de la reconciliación.
Más sobre Casa Árabe
Casa Árabe y su instituto Internacional de Estudios Árabes y del Mundo Musulmán es una institución española que cuenta con dos sedes, en Madrid y Córdoba. Es un consorcio creado en 2006 por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, las Comunidades autónomas de Madrid y Córdoba. Su principal objetivo es reforzar y consolidar las relaciones entre España y los países árabes en todos los ámbitos mediante programas económicos, políticos, académicos, culturales y educativos, así como fomentar el diálogo y el debate.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente esta nota- los comentarios anónimos no se publican