Suplemento Día Internacional de la Mujer
Como dijo Reiner María Rilke, hay soledades que engrandecen y soledades mezquinas. Las mujeres, en épocas pasadas, pasaban de las manos del padre a las del marido. Muchas preferían el convento antes que aceptar un matrimonio arreglado. Las pobres no tenían opciones, sin dote quedaban dos caminos: religión o prostitución. Recuerdo los versos de una canción: "Qué cosa triste una mujer, quedarse sola y envejecer". La tristeza ya no está relacionada con tener un hombre en la casa. Tampoco la felicidad está en no tenerlo. Cada una debe encontrar la respuesta.
Aún nos falta acceder a un plano completo de igualdad con los hombres, la prueba es la existencia del Día Internacional de la mujer.
Hemos avanzado. Pero es importante que no nos conformemos con los logros.
(c) Silvia Plager
Escritora
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