La pasión del fútbol y la literatura
Ambas actividades están unidas por la emoción y energía llevada al límite de lo físico, y tienen como denominador común la belleza desplegada en su ejecución. Y la belleza se atrae, es una ley natural.
“El fútbol esta lleno de metáforas: le perdonó la vida, dejó pagando, le devolvieron un ladrillo… para qué seguir. Quiérase o no, el fútbol es la madre de todas las metáforas. Y sin metáfora, lo saben bien los que escriben, no hay literatura ni poesía ni nada”, asegura el periodista Juan Oyaneder, compilador del libro “Redonda pasión. Lírica y épica del fútbol chileno”. Aunque reconoce que “el fútbol es colectivo, no se puede jugar solo, y la literatura siempre es una patriada personal, íntima y reflexiva. Quizás el arquero, en la soledad de los tres palos, se acerque más a la labor de un poeta y quizá por eso también los arqueros siempre son diferentes al resto, locos, excéntricos, desfachatados”.
Mirada complementaria sostiene el escritor y ex futbolista Reinado Marchant: “(…) Cuando Maradona le hace un gol a los ingleses, parte de la mitad de cancha, no escuchaba nada, alejado de la realidad, estaba absolutamente ausente, estaba en un estado de trance que es el mismo que puede estar un escritor o poeta cuando está redactando un poema, cuando mete el balón recién viene a despertar, el mismo despertar que tiene un creador cuando termina su obra”.
Como sea, del grito del gol o del silencio de la derrota, apareció a días del inicio de la Copa América el libro “Redonda pasión…”, con poemas y relatos de autores como Hernán Rivera Letelier, Mauricio Redolés, Erick Pohlhammer, Jorge Montealegre, Clemente Riedemann, Claudio Bertoni, Juan Cameron, Ramón Díaz Eterovic, Tito Fernández (El Temucano), Marco Sotomayor, Eduardo Peralta, Reinaldo Marchant, Sergio Parra, Marcelo Paredes, Gonzalo Rojas, Gonzalo Millán, Jorge Teillier, Enrique Lihn y Nicanor Parra.
Compilación de Juan Oyaneder -hijo de ex dirigente de club Cobreloa-, quien explica su origen: “Mi pasión por el fútbol y la poesía no era un fenómeno tan aislado sino que un entusiasmo compartido por muchos. En mi período universitario -donde conocí a muchos poetas- comencé con la recopilación de los textos los que se fueron engrosando en el proceso. Decidí hacerla sólo con poetas nacionales, eso sí, hay autores argentinos y uno español, pero todos aluden directamente al fútbol chileno”.
Sobre su criterio de elección, añade: “Encontramos verdaderos panegíricos u homenajes, poemas en que el deporte sirve como contexto sociocultural y poemas donde el fútbol es un viaje de retorno a la infancia”. Y tiene un sueño: “Muy pocas personas leen, menos escriben y eso se ha traducido en una oralidad pobrísima y en una ortografía que da pena. Escuchar hablar a un choro de pobla es desesperanzador, si yo logro con este libro que un niño que nunca leyó poesía se interesa en ella, doy pagado este esfuerzo”.
En el prólogo del libro –que se puede comprar a través del correo libroredondapasion@gmail.com- el poeta Erick Pohlhammer afirma: “Cada poema, en estas páginas, es un gol. Y goles son amores y no buenas razones, como dijera otrora ese señero señor del micrófono Hernán Solís, un verdadero bardo del relato futbolero, que en danza eterna viva”.
RECUADRO 1
Variada selección deportiva
“(…) Los amigos jugarán fútbol en el potrero de las afueras/los evangélicos saldrán a cantar a las esquinas/la anciana loca paseará con quitasol/y yo diré para mí mismo: el mundo no puede terminar/porque las palomas y los gorriones siguen peleando por la avena del patio” (Fin del mundo, de Jorge Teillier)
“Sin otro ritual que el de escupirme las manos/ni más acolchados que mis propias costras/heme aquí tratando de volar/hasta ese ángulo/ donde al decir de relatores/y comentaristas en delirio/ sólo en forma de ánima se puede llegar” (El llanto del guardavalla, de Hernán Rivera Letelier)
“El arquero debe celebrar los triunfos con el loco que lleva adentro/debe atajar pelotas imaginarias/tiene que estar acostumbrado a la soledad/un vivo dijo: ¡yo soy el número uno y se condenó para siempre!” (Decálogo del arquero, de Reinaldo Marchant)
“Veo unas vacas/en una cancha de fútbol/ dos pasan rozando el palo/ la tercera es gol” (Desde la ventanilla de un bus, de Claudio Bertoni)
“(…) Mi hermana recortaba las fotos de Pelé/de los diarios que venían de un país lejano llamado Santiago/un tío comentó que en Chile había nacido la televisión./En ese tiempo lloraba todas las noches/por no saber dividir ni multiplicar” (El Mundial del 62, de Hernán Rivera Letelier)
“(…) Ahora los dos estamos viejos/ yo recuerdo casi todos tus goles/tú no sabes que escribo poemas” (Chamaco Valdés, de Clemente Riedemann)
RECUADRO 2
Un escritor chileno en Copa América
El Licenciado en Letras de la UC Reinaldo Edmundo Marchant (Santiago, 1958) fue seleccionado para ser parte de la antología de relatos de fútbol, que editará el Ministerio de Educación de Argentina, a través de su programa Plan Nacional de Lectura, con motivo de la Copa América 2011. Marchant es autor de “La alegría del pueblo”, “Fintas y gambetas” y “El ángel de las piernas torcidas”, este último libro inspirado en el astro brasileño Garrincha.
“Un tío me llevó a ver al Botafogo en el Estadio Nacional, en la década del 60. Como un poético flechazo divisé al número siete por la banda, con una pierna seis centímetros más corta, que hacía notoria su cojera, pero que cada vez que tomaba el balón el público se levantaba: algo fantástico iba a ocurrir y así no más era, las fintas y gambetas que salían de su cuerpo venían de una ocurrencia suprema, de un talento fuera de lo común”, recuerda.
Marchant fue agregado de Cultura y Prensa en Uruguay, donde conoció a Mario Benedetti que le mostró su afición por la redonda no sólo para crear fascinantes historias, sino también para jugar, y también en Colombia, entre los años 1994 y 2000. Compartió amistad con Osvaldo Soriano, de quien admira su cuento “El penal más largo del mundo”; y se comunica cotidianamente con Jorge Valdano, ex gerente técnico del Real Madrid, que se luce con su relato “Creo, vieja, que tu hijo la cagó”.
Además fue ex jugador del club Deportivo Aviación. “Formé parte de la reserva de Aviación desde el año 71 hasta fines del 73. Un equipo extraordinario con Fournier, Pluto Contreras, Leyton, el Cóndor Rojas. Jugué hasta los 17 años, hasta el día de hoy me considero un futbolista que escribe literatura”.
Sobre la pugna creatividad versus laboratorio de ambas disciplinas, Marchant es partidario de la libertad. “La creación literaria es un acto de suprema libertad, en la cancha de juego es lo mismo, lo que vas a hacer en la cancha no lo sabes hasta que el árbitro da comienzo al partido…cuando estás escribiendo una obra literaria tampoco lo sabes hasta el minuto en que pones la palabra fin”. En ese sentido, recuerda a Garrincha: “Él no jugaba para las estadísticas, ni para él, lo hacía para los hinchas. Lo hacía de espalda a las vulgares formalidades estratégicas, como lo haría un niño o un pájaro que simplemente se divierte, sin tener otra intención”, añade el autor.
Creatividad que llevó a Marchant a ser elegido como representante literario del país para Copa América con los textos “El travesaño” –donde un arquero prefería subirse al pórtico para seguir el match- y “El partido del siglo” –cuyo protagonista es el padre Quintana a quien la vida le presentó dos oficios, el fútbol y la religión, en ese orden-. Otros autores incluidos son Eduardo Galeano (Uruguay), Juan Villoro (México), Walter Saavedra y Juan Sasturain (Argentina), por nombrar algunos. Su lanzamiento será en julio, cuyas ediciones se repartirán en cada partido del torneo continental, y por supuesto en el estadio Malvinas donde Chile se medirá con las selecciones de Uruguay, México y Perú.
(c) Marcelo Cabello Marambio
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