(Buenos Aires)
El libro Equitación gaucha en la Pampa y en la Mesopotamia, de Justo P.Sáenz (h)(Buenos Aires, 1892- Buenos Aires, 1970),fue reeditado por Letemendía Casa Editora con prólogo de la escritora e historiadora María Sáenz Quesada.
Esta nueva edición de Equitación gaucha viene a integrar y prestigiar la tradicional colección “Temas Criollos” de Letemendia Casa Editora.
El libro es el corolario de una investigación originada en forma sistemática en artículos publicados en La Nación, en La Prensa y en Caras y Caretas.
El éxito obtenido por sus primeras ediciones, a cargo de la casa Peuser durante los años 40 y 50 del siglo pasado, fue inmediato y duradero. Desde su aparición en 1942, se constituyó en un clásico de la investigación sobre el peculiar arte ecuestre de la región y consagró a su autor como el mejor experto en la materia.
La edición de Letemendía reproduce fiel y minuciosamente las características del original, replicando en sus más ínfimos detalles las ilustraciones, diseño y hasta el “vocabulario ilustrado” anexado al final. Incluye a su vez la reproducción de una carta de Cunninghame Graham al autor, y un prólogo escrito para esta edición por la reconocida escritora e historiadora María Sáenz Quesada:
“...Quienes gracias a esta nueva edición se acerquen por primera vez a Equitación gaucha, tanto como los que se reencuentren con este libro clásico en su género, cumplirán con el anhelo que obsesionó a Justo Sáenz: salvar para el futuro la imagen del campo, del caballo y del jinete criollo, verdaderos ejes de su literatura y de su vida.”
El libro Equitación gaucha en la Pampa y en la Mesopotamia, de Justo P.Sáenz (h)(Buenos Aires, 1892- Buenos Aires, 1970),fue reeditado por Letemendía Casa Editora con prólogo de la escritora e historiadora María Sáenz Quesada.
Esta nueva edición de Equitación gaucha viene a integrar y prestigiar la tradicional colección “Temas Criollos” de Letemendia Casa Editora.
El libro es el corolario de una investigación originada en forma sistemática en artículos publicados en La Nación, en La Prensa y en Caras y Caretas.
El éxito obtenido por sus primeras ediciones, a cargo de la casa Peuser durante los años 40 y 50 del siglo pasado, fue inmediato y duradero. Desde su aparición en 1942, se constituyó en un clásico de la investigación sobre el peculiar arte ecuestre de la región y consagró a su autor como el mejor experto en la materia.
La edición de Letemendía reproduce fiel y minuciosamente las características del original, replicando en sus más ínfimos detalles las ilustraciones, diseño y hasta el “vocabulario ilustrado” anexado al final. Incluye a su vez la reproducción de una carta de Cunninghame Graham al autor, y un prólogo escrito para esta edición por la reconocida escritora e historiadora María Sáenz Quesada:
“...Quienes gracias a esta nueva edición se acerquen por primera vez a Equitación gaucha, tanto como los que se reencuentren con este libro clásico en su género, cumplirán con el anhelo que obsesionó a Justo Sáenz: salvar para el futuro la imagen del campo, del caballo y del jinete criollo, verdaderos ejes de su literatura y de su vida.”
María Sáenz Quesada
Acerca del autor
Miembro de una familia llegada a la Argentina en el siglo dieciocho, Justo P. Sáenz (h) nació en Buenos Aires en 1892. Escribano, deportista, hombre de campo y estudioso apasionado de las costumbres y tradiciones de nuestra gente, escribió numerosos libros costumbristas: el primero, Pasto puna (1928), lleva un prefacio de Martiniano Leguizamón y fue elogiado por Lugones y por Benito Lynch. Lo siguió Baguales (1930), "…digno de comparación con el ‘mesmo' Don Segundo Sombra", según don Roberto Cunninghame Graham. Luego vinieron Cortando campo (1941), Equitación gaucha (1942), El pangaré de Galván (1953), Los crotos (1966), Pampas, montes, cuchillas y esteros (1967) y Blas Cabrera (1970). Justo P. Sáenz tradujo al castellano Los caballos de la conquista de Roberto Cunninghame Graham y Un poblador de las pampas de Arthur Seymour. Colaboró en La Nación, Clarín, El Hogar y Caras y Caretas. Murió en Buenos Aires en 1970.
http://www.letemendia.com/
El libro contiene además de ilustraciones un glosario, del que se reproducen algunos términos:
APLICADO A
CORCOVEAR
El caballo manso, es decir, de silla (o "de
andar", como se dice en toda la campaña
argentina), que por su mal genio o simple-
mente excesiva vitalidad suele, por lo
común de mañana al montarlo, dar algu-
nos corcovos. A veces también condúcese
así al asustarse de algo o extrañar el apero
o el jinete.
ATADOR
Tira pareja de cuero crudo, bien sobado,
de no más de seis centímetros de ancho y
diez a doce metros de largo, que sirve para
amarrar el caballo, principalmente duran-
te la noche, a una estaca, "trozo" o poste, a
fin de que paste con suficiente amplitud.
Por lo general lleva una presilla en uno de
sus extremos para abotonarla a la argolla
del bozal o fiador.
BAGUAL
Voz posiblemente araucana con que se
designó primitivamente al yeguarizo salva-
je, cimarrón o simplemente "alzado", que
abundaba en los campos desiertos de nues-
tro país. Hoy en día equivale a potro (caba-
llo sin domar) y es particularmente usado
en Entre Ríos, Corrientes y República
Oriental del Uruguay para referirse al ani-
mal caballar en estas condiciones. Bagual:
llámase asimismo al ganado vacuno "alza-
do" o cimarrón principalmente en nuestra
región patagónica cordillerana, donde
hasta hace cuarenta años existió en apre-
ciable cantidad. Su femenino es baguala.
Verbigracia: hacienda baguala, que tiene
igual significado que lo antedicho. Baguala
es también un estilo de canto, muy pareci-
do a la vidala, popular en Salta, Jujuy y
Tucumán.
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