(Buenos Aires)
Esta carta está destinada a los que desde algún lugar, ya sea por resentimiento, envidia, celos, y vaya a saber por qué otros motivos que desconozco, se dedican a enviar a los medios cartas y notas defenestrando a nuestros más grandes escritores argentinos. Y después esos medios me los hacen llegar.
A los que hacen eso, les pido que sean coherentes con ellos mismos. Y por favor, no me llamen más por teléfono desde algún remoto país para hablarme de sus obras y para que les saque notas en la revista. Acuérdense de lo que dijeron, porque yo no me olvido.
A quien esto escribe, no le interesa mencionar los nombres de los que piden notas y favores, y después salen a hablar mal en otros medios de nuestros más grandes escritores. Porque más de una vez, en toda mi trayectoria, he tenido que salir a defenderlos, por diversos motivos. Y estoy
hablando de Roberto Arlt, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Ernesto Sabato, Victoria Ocampo, Silvina Ocampo y siguen los nombres.
Cordialmente.
Araceli Otamendi
directora-editora
Qué pena me da saber que estas personas caen tan bajo, bajoneando el honor de tan ilustres escritores argentinos que se merecen nuestro respeto. La envidia es tan ofídica, tan venenosa.
ResponderEliminares cierto Miguel, suponiendo que sea la envidia la que moviliza a hablar mal de nuestros más grandes escritores, ¡gracias por el comentario! un abrazo
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