(Buenos Aires)
El 24 de agosto se recordará un nuevo aniversario del nacimiento del
escritor argentino Jorge Luis Borges, considerado como uno de los más grandes escritores del siglo XX junto con Kafka, Joyce y Fernando Pessoa.
Borges, junto con su amigo Adolfo Bioy Casares crearon un personaje, el detective Isidro Parodi, que resolvía los casos que se le planteaban, desde su celda en la Penitenciaría Nacional, sin moverse de ella. El libro Seis problemas para Don Isidro Parodi se publicó en 1942 bajo el seudónimo común de H. Bustos Domecq.
El doctor Honorio Bustos Domecq, seudónimo del autor compuesto por Borges y Bioy Casares tenía fecha de nacimiento, era el año 1893 y había nacido en la Provincia de Santa Fe.
En 1942 se publica también el cuento "La muerte y la brújula" de Jorge Luis Borges, incluido después, en 1944 en su libro Ficciones. En 1942 se publica también Las nueve muertes del Padre Metri de Leonardo Castellani y en 1944 La espada dormida de Manuel Peyrou. Para Rodolfo Walsh, estos libros constituyen el inicio de una producción que ha ido creciendo en calidad. En su prólogo a Diez cuentos policiales argentinos, primera antología del género compilada sobre la base de autores nacionales, Walsh databa con precisión los comienzos de la narrativa policial argentina: "Hace diez años, en 1942, apareció el primer libro de cuentos policiales en castellano. Sus autores eran Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares. Se llamaba Seis problemas para don Isidro Parodi...".
Jorge Luis Borges consideraba que la literatura policial le atraía porque era un modo de defender el orden, de buscar formas clásicas, de valorizar la forma. Había elegido con Bioy el seudónimo de Bustos Domecq combinando apellidos de una y otra familia: "...Bustos es un antepasado cordobés de la rama paterna de mi familia; Lynch, un antepasado irlandés de Bioy; Suárez fue mi bisabuelo y Domecq, que procede del sur de Francia, es el apellido del bisabuelo de Bioy. Al escribir primero quisimos hacerlo en serio pero luego nos dejamos llevar por el gusto a la parodia. Bustos Domecq, Suárez Lynch y proyectos inéditos indican una acentuación de esa línea paródica..." decía Borges en una entrevista.
Si bien ya se habían publicado novela policial de enigma y negra en la serie amarilla de la editorial Tor de Buenos Aires, poniendo en circulación obras de J. S. Fletcher, Sax Rohmer, Wallace, y también Edgar Allan Poe, Conan Doyle, Gaston Leroux y Georges Simenon, los grandes maestros del género negro también se publicaban en castellano en diversas colecciones del género y en la revista Leoplán. Cuando Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares lanzaron la serie El Séptimo Circulo, en 1945, iniciaron la larga "dignificación" intelectual de un género ya muy difundido por entonces en Buenos Aires.
A partir de esa fecha, el género policial siempre tuvo autoras y autores en la Argentina.
En 1994 la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires me otorgó el premio Fundación El libro por mi novela policial Pájaros debajo de la piel y cerveza. Varios años antes de este libro, ya había realizado investigación en novela policial en el taller literario de Mirta Arlt y también había realizado seminarios de literatura policial con Ricardo Piglia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Al cumplirse el bicentenario del nacimiento de Edgar Allan Poe ofrecí una charla en el Complejo Bibliotecario López Merino de La Plata, ciudad elegida en la Argentina para los festejos del autor norteamericano. Y la misma charla se realizó en el Centro Cultural Borges de la ciudad de Buenos Aires.
Este año concurrí en el mes de junio a la Feria Provincial del Chubut y Patagónica del LIbro - dedicada a la literatura policial y negra - participando en una mesa sobre esta literatura junto a los escritores argentinos Fernando López oriundo de Córdoba y residente en Trelew y Leonardo Oyola, nacido en la Provincia de Buenos Aires y residente en la ciudad de Buenos Aires. También visité tres escuelas donde en algunas hablé de este género literario con los alumnos.
Se realizaron recientemente dos festivales de literatura policial, uno en la ciudad de Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires y otro en la ciudad de Buenos Aires. En ninguno de estos festivales estuve invitada pero sí ví que figuraban invitados de otros países.
Hace unos días abrí el suplemento de un conocido periódico español al que leen muchos escritores. Había páginas dedicadas al género policial negro. Curiosamente el mapa donde ubicaban a los detectives literarios sólo correspondía al hemisferio norte.
América del Sur no existía. Recordemos a nuestros autores, para que también lo sepan las nuevas generaciones de escritores y los chicos que recién empiezan a leer novelas policiales, somos herederos de una gran tradición literaria.
Araceli Otamendi
bibliografía:
Jorge Lafforgue, Jorge B. Rivera, Asesinos de papel, Calicanto
Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Seis problemas para don Isidro Parodi, Alianza editorial
Lila Caimani, Mientras la ciudad duerme, Siglo Veintiuno Editores
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