(Buenos Aires)
Empecé a escribir la novela La carta de Gardel después de hacer una larga investigación sobre el tango, en principio para escribir un ensayo. Compré muchos libros sobre el tango, sobre Gardel y también sobre otros compositores y cantantes. Fui a investigar a bibliotecas, entre ellas a la del Congreso de la Nación, hice entrevistas a compositores, cantantes como Eladia Blázquez, tangueros, músicos y otros entendidos sobre el tema. También visité bares dedicados al tango como el Café Homero en San Juan y Boedo, recorrí los bares de tango de Boedo, tomé fotografías, fui a escuelas de tango donde se enseña a bailar. Fuí a espectáculos nocturnos de tango. Y cuando empecé a escribir el ensayo desistí porque ya tenía una buena cantidad de ensayos leídos y no quería hacer otro más. Entonces empecé a escribir la novela. Y me di cuenta que Gardel era un tema recurrente en mi familia, tanto en mi casa, en mis padres, como en la familia de mi madre y también de mi padre. Escuché cantar a Gardel por primera vez en una victrola que descubrí en la casa de mi abuelo paterno, en Quilmes, donde nací y viví durante toda mi infancia, antes de vivir en Buenos Aires, ciudad donde vivo ahora. Puse un disco que había por ahí y así lo escuché, yo era muy chica. Y así decía Julio Cortázar que había que escuchar a Gardel, en una victrola.
Leer nota completa en el blog de escritores de la Provincia de Buenos Aires:
http://archivosdelsur-pciabsas.blogspot.com.ar/2013/07/apuntes-sobre-la-novela-la-carta-de.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente esta nota- los comentarios anónimos no se publican