Muestras/arte

(Buenos Aires)

Un libro publicado por Phaidon reúne 500 autoretratos de artistas, desde
Ni-Ankh-Ptah (h. 2350 a.C.) hasta Mauricio Cattelan (1997).
Según la introducción de Julian Bell: “ el de los autorretratos es un arte singular e instrospectivo, y algo misterioso se esconde en la frontera entre el que ve y es visto. Al observar los rostros de este libro puede desconcertarnos la intensidad acumulativa de tantas miradas cautelosas, perplejas, sorprendidas de sí mismas. Lo que tienen en común las individualidades aquí recogidas es que en todo los casos se trata de artistas, es decir, personas preparadas para consignar su examen de sí mismas por medio de signos que pueden ser examinados por otros…”
“…Este libro tiene por base un volumen del mismo título de Ludwig
Goldscheider publicado en 1937. Al actualizar su obra nos volvemos a formular las mismas preguntas que él: ¿Cuáles son los límites del autorretrato en tanto que tradición? ¿Tienen estos cuadros características comunes que hacen de ellos un género artístico?
¿Y hay algunos casos de esta práctica del “cada uno para sí mismo” que sean de algún modo más cruciales, más ejemplares que otros?”
Estas respuestas están ligadas al sentido que actualmente damos al propio yo, a la individualidad. Considerando la historia del arte mundial, la mayor parte de lo que las personas han creado representa o se refiere a las preocupaciones compartidas de sus sociedades respectivas. Introducir un testimonio único y no compartido con nadie – éste soy yo, esta escena la he visto yo – podría ser un modo de hacer más convicentes dichas historias compartidas. Este procedimiento de proponer un yo señalando mi presencia en el cuadro – y por tanto fuera de él un tú al que me dirijo – puede cruzar el espacio de desplazamiento lateral de la escena circundante…”.


Frida Khalo

“…Khalo trata su propia subjetividad como tema al igual que otro pintor podría tratar la luz. La pose de alarde de principios del siglo XX cede en el arte más reciente a un manejo frío y sobre todo escrutador del ego. La individualidad, el cuerpo, el género, todo es materia de exploración especulativa. ¿Indica esta nueva dirección del autorretrato algún desplazamiento amplio hacia una versión posmoderna de la personalidad que nos separe del pasado? El Lector podrá juzgarlo más claramente según el tono de sus propias respuestas a los rostros aquí reunidos…”.

(c) Araceli Otamendi