(Buenos Aires)
Más de treinta fotografías integran la muestra de Alejandro Lipszyc "Los clubes" inaugurada ayer en la Fotogalería del Teatro San Martín. Las imágenes retratan espacios interiores vacíos de clubes barriales: gimnasios, piletas de natación, vestuarios, rincones, salones. Lugares deshabitados que transmiten angustia y que en un tiempo no muy lejano seguramente estarían llenos de personas, de voces. El club de barrio como lugar de integración y socialización quedó relegado desde hace años. Los principales motivos fueron los cambios sociales producidos por la economía de signo liberal que rigió en la Argentina durante los pasadas décadas. Eso no significa que actualmente esos lugares no sean utilizados como espacios deportivos.
El relato de estas fotografías de Alejandro Lipzyc apunta a retratar una inocultaba decadencia de esos lugares. Según palabras de Juan Travnik, director de la Fotogalería:
"...las razones de su inocultable decadencia pueden encontrarse en los trascedentes cambios producidos en la sociedad con la consolidación de los sistemas económicos neoliberales en la década de los ochenta. Estos modelos trajeron de la mano nuevos paradigmas y referentes que soslayaron el valor de la construcción de una identidad personal o el reconocimiento del lugar de origen. Los ideales se disolvieron en beneficio del consumismo y de la acumulación individual. Los deportes pagos por hora, practicados de manera aislada en gimnasios y canchas de tenis o de fútbol cinco, se impusieron como alternativas engañosas. Nada reemplazó
el club de barrio, ese ámbito para el encuentro y para la formación deportiva de una gran cantidad de jóvenes. En la muestra Los clubes, se ven los gimnasios vacíos, las paredes despintadas, los vestuarios y los rincones con objetos casi en desuso, fotografiados como grandes escenografías deshabitadas. Utilizando siempre la luz ambiente, Alejandro Lipszyc recrea el clima de cada uno de esos espacios, ahora silenciosos, con una mirada austera y despojada. Sin efectismos ni puntos de toma llamativos, esta simpleza aumenta la densidad de cada fotografía y ayuda a describir su actual estado de abandono con imágenes desoladas, de gran quietud y profunda nostalgia".
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