El proceso es en sí mismo parte integrante del lenguaje expresivo de cada artista. Entonces, ¿por qué es tan escasa la información sobre el proceso de las obras que conforman una exposición? ¿por qué se esconde y no se exhibe?Process in Dialogue presenta obras de Daniel Canogar (Madrid, 1964) y de Stephen Dean (Paris, 1968). La intención que alberga esta exposición es mostrar algunos de los aspectos ocultos que, sin embargo, nos proporcionan información valiosa sobre las obras de estos artistas.
La exposición se ha ordenado espacialmente para que ayude a orientarse al espectador, al menos en su fase inicial. Al entrar en el espacio, se han montado dos salas procesuales, una para cada artista. El contenido de esas salas tiene la finalidad de ofrecer una visión más cercana y ligeramente diferente de las obras que en el resto de la exposición. Así, las salas procesuales marcan la pauta de la exposición y están diseñadas para proporcionar al público información y asociaciones adicionales, así como para ofrecer una información contextual previa a la visita a las instalaciones. El objetivo es, naturalmente, estimular y fomentar la interacción con las obras expuestas, para activar la curiosidad y la participación, para expandir las nociones de interpretación y para facilitar una relación con las obras que sea más abierta y esperemos que más profunda.
Las salas procesuales no sólo marcan la pauta general de la exposición; la idea es que unan a los dos artistas en un diálogo formulando una serie de preguntas: ¿Cuáles son algunas de las fuentes de inspiración? ¿Cómo se establece el diálogo entre el artista, su tema de exploración y el público? ¿Qué nutre la imaginación del artista? ¿Qué referencias abarca? Aunque el proceso de los artistas es siempre personal e íntimo, esta exposición pretende acercarse a la compresión de los procesos que subyacen al diálogo interno de los artistas y, esperemos, revelar algunas de sus fuentes. Las cuestiones de privacidad, qué se mantiene en el ámbito privado y qué se muestra en público, pueden ayudar también en este contexto a dar más información a los espectadores acerca de la obra de los artistas. Al final, como siempre, es el espectador quien debe establecer las conexiones, leer e interpretar las obras. Se anima al público a que construya sus interpretaciones sin depender demasiado de las de los artistas. Una de las potencialidades más fuertes del arte es que nos permite insistir en la posibilidad de reinventar la vida. Las salas procesuales sirven de guía y ofrecen sugerencias acerca de los procesos y diálogos llevados a cabo por los artistas en la exposición.
Tanto Dean como Canogar se interesan por la lectura e interpretación de los objetos cotidianos y su carácter autoreflexivo. Estos son los medios a través de los cuales los dos artistas contemplan y narran el presente. La materialidad definida de los objetos utilizados en las instalaciones contrasta con los aspectos inmateriales de las obras. Esta transformación metafórica en la que un objeto lleva a cabo una tarea inesperada, ayuda a dejar a un lado las creencias del espectador en un acto de transformación cultural.
Para Canogar, cables eléctricos, DVDs y cintas de vídeo forman parte integral de sus más recientes obras. En una obra que toma su título de la conocida película de Hitchcock Dial M for Murder (Crimen perfecto), la cinta de vídeo de banda magnética actúa como soporte escultural de animación. En Scanner (2009), una maraña de cables eléctricos, gruesos y delgados, actúa de pantalla improvisada. Todos ellos agrupados en paquetes conectados unos a otros, en lo que parece ser una enorme tela de araña en la que los rayos de luz "pasean" por la instalación. En un trabajo adicional, Canogar ideó una manera de proyectar secuencias de películas sobre la superficie reflectora de DVDs que habían sido colocados en la pared. El patchwork resultante de fragmentos de película introduce a los espectadores simultáneamente en diversas historias con ritmos diferentes. Todo ello mientras las imágenes proyectadas invaden el espacio reflejándose en diversas formas y colores en las paredes.
La instalación de Stephen Dean Prayer Mills (2007) está compuesta por una serie de postaleros desechados. Sustituyendo a las postales, los postaleros tienen láminas de cristal dicroico. Cuando la luz se dirige y pasa a través del cristal se separa en distintos colores y se refleja por toda la habitación creando efectos similares a los que produce el sol al atravesar una vidriera. Volta (2002) se filmó durante un partido de fútbol en Brasil. Los hinchas vitorean y rugen, ondean banderas y encienden bengalas. Dean documenta la intensidad del espectáculo, construyéndolo capa a capa, algo que también se refleja en la estructura física que envuelve la pantalla. Ritual (2009) se filmó durante las fiestas de San Fermín en Pamplona. La obra establece conexiones con los aspectos primitivos y arcaicos de los rituales aunque al mismo tiempo utiliza sofisticadas tecnologías para capturar las imágenes.
Process in Dialogue pretende trazar un mapa de los aspectos de los procesos artísticos y de los diálogos de Canogar y Dean, pero también quiere mostrar el modo en el que la tecnología puede adoptar un proceso vital por su cuenta.
Daniel Canogar vive y trabaja en Madrid. Trabaja con la fotografía, el vídeo, la escultura y la instalación.
Stephen Dean vive y trabaja en Nueva York y París, pero hoy en día tiene su base en Villa Medici, Roma. Trabaja con la fotografía, el vídeo, la escultura y la pintura.
Exposición: PROCESS IN DIALOGUE. Daniel Canogar y Stephen Dean
Comisaria: Cecilia Andersson
Lugar: Koldo Mitxelena Kulturunea - Erakustaretoa - Donostia
Inauguración: 25 febrero - 20:00
Fecha: 25 de febrero - 8 de mayo 2010
Imágenes: Daniel Canogar. Pneuma, 2009Stephen Dean. Ritual, 2009
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