Olof Palme |
(Estocolmo) Javier Claure C.
El 28 de febrero de 1986, a los
cincuenta y nueve años, moría en pleno centro de Estocolmo Olof Palme, el líder
más importante de la socialdemocracia sueca.
En estos 27 años, su vida y sus actos políticos han sido objeto de una prolongada controversia. Los medios de comunicación de Suecia han difundido películas, libros y una serie de artículos acerca de su pensamiento político, pero también sobre su vida familiar.
En estos 27 años, su vida y sus actos políticos han sido objeto de una prolongada controversia. Los medios de comunicación de Suecia han difundido películas, libros y una serie de artículos acerca de su pensamiento político, pero también sobre su vida familiar.
A estas alturas del partido, y aún sin
conocer la identidad del autor material del crimen, Suecia sigue sumida en la
incógnita y en diferentes teorías concernientes a este trauma nacional. Para
muchos jóvenes, la figura de Palme no es más que un fantasma del pasado; y del
cual escucharon hablar. En cambio las personas mayores, no se olvidan de ese
disparo mortal de aquel viernes de un crudo invierno. En realidad, la población
sueca está un tanto dividida, en cuanto a la apreciación de los sucesos
políticos que rodearon a Palme. Sin lugar a dudas, las personas con una visión
humana e internacionalista consideran al líder asesinado, como un político de
gran envergadura, tanto en su propio país como en el extranjero. Mientras que
otros, los que siempre le odiaron, lo calumniaron y le acusaron de ser traidor
a la clase burguesa y a su Patria, siguen arrojando un odio póstumo
desbordante. Aseguran, por ejemplo, que era agente de la CIA. En la película
“Call girl” (La prostituta de lujo), del director de cine Mikael Marcimain, se
hace alusión a Palme como cliente de prostitutas y propenso a la pedofilia. En
otras palabras, Olof Palme, desde su
tumba sigue causando un gran debate en esta parte del mundo.
Digan lo que digan, y a pesar de las opiniones de los reaccionarios, lo cierto es que Palme dejó herencias inolvidables, entre otras: reformas en el sistema educativo, la posibilidad de prestamos del Estado para los estudiantes que quieran seguir una carrera universitaria, subsidios para la vivienda, subsidios para los niños y niñas menores de 18 años. Dejó bien claras las ideas de igualdad entre sexos. El cuidado de los ancianos y de los minusválidos alcanzó altos niveles gracias a sus ideas de solidaridad. El derecho a quedarse en casa con sueldo pagado para cuidar a los hijos, ya sea por parte de la madre o del padre, también es obra de él. Además, puso el nombre de Suecia en el mapa mundial, como si se tratara de una estrella pacificadora en medio de la Guerra Fría. Fue el que diseñó la política exterior de este país nórdico, desde mediados de la década de los 60 hasta mediados de los años 80. Y, aquí, es bueno señalar, algunos aspectos de sus concepciones ideológicas y políticas de su época:
Su severa crítica a los bombardeos norteamericanos de Hanoi, comparándolos con la de los nazis. Jugó un papel importante, como mediador, en el conflicto bélico entre Irán e Iraq. Apoyó firmemente a los movimientos de liberación de los países del llamado Tercer Mundo. Su brillante pensamiento pacifista fue plasmado en conceptos de seguridad que están definidos por la Comisión Independiente sobre el Desarme y la Seguridad (Comisión Palme). Su preocupación por la seguridad internacional y el desarme, lo llevó por diferentes países del mundo a exponer sus juicios sobre este tema. Decía que no se alcanzaba la paz atemorizando al enemigo con poderío bélico, porque este hecho no llevaba sino a equiparse, aún más, con armas nucleares. Sobre este concepto el informe Palme afirma: “En su búsqueda de seguridad, las naciones deben esforzarse por alcanzar objetivos más ambiciosos que la estabilidad militar. La meta del sistema actual, en el que la seguridad se basa en los armamentos, no se puede mantener indefinida”. Para Palme, nadie era ganador en una guerra nuclear, ya que toda la civilización humana, el reino animal y el reino vegetal serían tremendamente afectados dadas las consecuencias de semejante catástrofe provocada por el hombre. La Comisión Palme apuntaba a que los enemigos políticos e ideológicos se sentaran a la mesa de negociaciones para trabajar juntos, y evitar una guerra nuclear. Es decir, se pretendía crear un corredor libre de armas nucleares en Europa Central. Se exigía a las potencias a terminar con las pruebas de armamentos nucleares. Se deseaba una zona libre de armas químicas, pero también el desarme de armas convencionales en el Tercer Mundo.
Digan lo que digan, y a pesar de las opiniones de los reaccionarios, lo cierto es que Palme dejó herencias inolvidables, entre otras: reformas en el sistema educativo, la posibilidad de prestamos del Estado para los estudiantes que quieran seguir una carrera universitaria, subsidios para la vivienda, subsidios para los niños y niñas menores de 18 años. Dejó bien claras las ideas de igualdad entre sexos. El cuidado de los ancianos y de los minusválidos alcanzó altos niveles gracias a sus ideas de solidaridad. El derecho a quedarse en casa con sueldo pagado para cuidar a los hijos, ya sea por parte de la madre o del padre, también es obra de él. Además, puso el nombre de Suecia en el mapa mundial, como si se tratara de una estrella pacificadora en medio de la Guerra Fría. Fue el que diseñó la política exterior de este país nórdico, desde mediados de la década de los 60 hasta mediados de los años 80. Y, aquí, es bueno señalar, algunos aspectos de sus concepciones ideológicas y políticas de su época:
Su severa crítica a los bombardeos norteamericanos de Hanoi, comparándolos con la de los nazis. Jugó un papel importante, como mediador, en el conflicto bélico entre Irán e Iraq. Apoyó firmemente a los movimientos de liberación de los países del llamado Tercer Mundo. Su brillante pensamiento pacifista fue plasmado en conceptos de seguridad que están definidos por la Comisión Independiente sobre el Desarme y la Seguridad (Comisión Palme). Su preocupación por la seguridad internacional y el desarme, lo llevó por diferentes países del mundo a exponer sus juicios sobre este tema. Decía que no se alcanzaba la paz atemorizando al enemigo con poderío bélico, porque este hecho no llevaba sino a equiparse, aún más, con armas nucleares. Sobre este concepto el informe Palme afirma: “En su búsqueda de seguridad, las naciones deben esforzarse por alcanzar objetivos más ambiciosos que la estabilidad militar. La meta del sistema actual, en el que la seguridad se basa en los armamentos, no se puede mantener indefinida”. Para Palme, nadie era ganador en una guerra nuclear, ya que toda la civilización humana, el reino animal y el reino vegetal serían tremendamente afectados dadas las consecuencias de semejante catástrofe provocada por el hombre. La Comisión Palme apuntaba a que los enemigos políticos e ideológicos se sentaran a la mesa de negociaciones para trabajar juntos, y evitar una guerra nuclear. Es decir, se pretendía crear un corredor libre de armas nucleares en Europa Central. Se exigía a las potencias a terminar con las pruebas de armamentos nucleares. Se deseaba una zona libre de armas químicas, pero también el desarme de armas convencionales en el Tercer Mundo.
Una teoría reveladora que apareció, a
principios de este año, en la prensa sueca, destaca que posiblemente Palme fue
asesinado por sus ideas y trabajos sobre el desarme internacional. Los
historiadores Daniele Ganser de la Universidad de Basel (Suiza) y Mats Deland
de la Universidad de Uppsala (Suecia) han investigado sobre el Movimiento de
Resistencia Secreta en Suecia. Y sus planteamientos los han publicado en la
revista “Inteligencia, Propaganda y Estudios de Seguridad (Jornal,
Intelligence, Propaganda and Security Studies).
Los Movimientos de Resistencia Secreta (Stay Behind Movements), eran grupos paramilitares, no democráticos, controlados por la OTAN, cuyo objetivo principal era combatir al comunismo, y defender el país en el cual operaban, en caso de ser invadidos por la ex Unión Soviética. Suecia, a pesar de su neutralidad, formó parte de esta red que actuaba entre los dos bloques antagónicos. El periodista Mikael Holmström ha escrito varios artículos acerca de los contactos de Suecia con las potencias de Occidente y, además, en plena Guerra Fría. Según el mencionado informador, existía un gran interés de que Suecia tuviera un poderoso Ejército capaz de defender la parte Norte de Escandinavia. Pero también existían acuerdos, completamente secretos, de que Occidente se comprometía a defender a Suecia inmediatamente de ser atacada.
La Comisión Palme, con Olof Palme a la cabeza, se hacía sentir con fuerza en la palestra internacional. Y sus miembros luchaban, sin cesar, por el desarme nuclear y una zona libre de armas nucleares en los países nórdicos. Esto significaba, en un caso dado, que Dinamarca y Noruega deberían abandonar la OTAN. Y, en consecuencia, implicaba también un debilitamiento para esa organización militar. Es decir, la Comisión Palme era una luz pacífica y dirigida en contra de los planes estratégicos de Occidente. Además, por naturaleza, creaba un desequilibrio militar en el mundo. Y este desequilibrio era visto con mucha preocupación en Occidente, pero también por los militares suecos. El escritor sueco Anders Jallai en su libro, “El traidor a la Patria” (Landsförrädaren), no descarta la posibilidad de que miembros de la Policía Secreta de Suecia (SÄPO) podrían estar detrás del crimen del líder socialdemócrata.
Olof Palme debía viajar a la ex Unión Soviética, el 6 de abril de 1986, para conversar con Mijail Gorbachev sobre el desarme nuclear, pero fue abatido a tiros un mes antes. Desde entonces, el mundo está, cada vez, más chiflado. Ha fracasado el desarme. La Paz Mundial y la justicia se alejan como parte de los sistemas estructurales civilizados y orientados hacia la humanidad. Vivimos en zozobra, esperando que algún loco aprete un botón y se desate una guerra nuclear. Las grandes potencias siguen acumulando armas nucleares. Los sistemas políticos y militares de esos países, aún están basados en la fuerza militar para conquistar territorios y recursos naturales. Incluso, algunos países del Tercer Mundo, han seguido una carrera armamentista para mantener regiones usurpadas ricas en materias primas. Y cuando se reclama justicia, hermandad y razonamiento histórico; amenazan con guerra poniendo en riesgo la paz y la integración de un continente. La creciente militarización internacional, las guerras, las invasiones y las conductas arrogantes de ciertos gobiernos, que reinan en el mundo, muestran que la Paz Mundial es todavía una ciencia ficción. Hoy en día, la diplomacia y fortaleza militar son sinónimos de conveniencia. Y aprovechando esta realidad, se pronuncian, muy sutilmente, discursos que están encubiertos por Ejércitos enajenados, hambrientos de sangre, de territorios y materias primas.
Los Movimientos de Resistencia Secreta (Stay Behind Movements), eran grupos paramilitares, no democráticos, controlados por la OTAN, cuyo objetivo principal era combatir al comunismo, y defender el país en el cual operaban, en caso de ser invadidos por la ex Unión Soviética. Suecia, a pesar de su neutralidad, formó parte de esta red que actuaba entre los dos bloques antagónicos. El periodista Mikael Holmström ha escrito varios artículos acerca de los contactos de Suecia con las potencias de Occidente y, además, en plena Guerra Fría. Según el mencionado informador, existía un gran interés de que Suecia tuviera un poderoso Ejército capaz de defender la parte Norte de Escandinavia. Pero también existían acuerdos, completamente secretos, de que Occidente se comprometía a defender a Suecia inmediatamente de ser atacada.
La Comisión Palme, con Olof Palme a la cabeza, se hacía sentir con fuerza en la palestra internacional. Y sus miembros luchaban, sin cesar, por el desarme nuclear y una zona libre de armas nucleares en los países nórdicos. Esto significaba, en un caso dado, que Dinamarca y Noruega deberían abandonar la OTAN. Y, en consecuencia, implicaba también un debilitamiento para esa organización militar. Es decir, la Comisión Palme era una luz pacífica y dirigida en contra de los planes estratégicos de Occidente. Además, por naturaleza, creaba un desequilibrio militar en el mundo. Y este desequilibrio era visto con mucha preocupación en Occidente, pero también por los militares suecos. El escritor sueco Anders Jallai en su libro, “El traidor a la Patria” (Landsförrädaren), no descarta la posibilidad de que miembros de la Policía Secreta de Suecia (SÄPO) podrían estar detrás del crimen del líder socialdemócrata.
Olof Palme debía viajar a la ex Unión Soviética, el 6 de abril de 1986, para conversar con Mijail Gorbachev sobre el desarme nuclear, pero fue abatido a tiros un mes antes. Desde entonces, el mundo está, cada vez, más chiflado. Ha fracasado el desarme. La Paz Mundial y la justicia se alejan como parte de los sistemas estructurales civilizados y orientados hacia la humanidad. Vivimos en zozobra, esperando que algún loco aprete un botón y se desate una guerra nuclear. Las grandes potencias siguen acumulando armas nucleares. Los sistemas políticos y militares de esos países, aún están basados en la fuerza militar para conquistar territorios y recursos naturales. Incluso, algunos países del Tercer Mundo, han seguido una carrera armamentista para mantener regiones usurpadas ricas en materias primas. Y cuando se reclama justicia, hermandad y razonamiento histórico; amenazan con guerra poniendo en riesgo la paz y la integración de un continente. La creciente militarización internacional, las guerras, las invasiones y las conductas arrogantes de ciertos gobiernos, que reinan en el mundo, muestran que la Paz Mundial es todavía una ciencia ficción. Hoy en día, la diplomacia y fortaleza militar son sinónimos de conveniencia. Y aprovechando esta realidad, se pronuncian, muy sutilmente, discursos que están encubiertos por Ejércitos enajenados, hambrientos de sangre, de territorios y materias primas.
Los pueblos y las naciones del mundo
quieren vivir en paz sin Ejércitos alienados, ni gobiernos empeñados en armarse
hasta los dientes. La Paz Mundial debe ser prioridad en la agenda de cada país.
Y el poder en las relaciones internacionales debe descansar en los principios
de justicia y equidad, para evitar cualquier conflicto bélico. En consecuencia,
los conceptos planteados por la Comisión Palme, son vigentes porque conducen a
la vía más adecuada para la futura política mundial.
(c)Javier Claure C.
Estocolmo
Javier Claure C. es un escritor boliviano radicado en Suecia
texto y fotografía enviados por Javier Claure C. para su publicación en la revista Archivos del Sur.