El coleccionista
Adam estaba rodeado por un espacio infinito. Afortunadamente, tenía recuerdos de la última vez. Vivió intensamente pero trató de ser bueno y el destino lo premió con una vida placentera.
El primer beso. La primera vez con Maya. La fiesta de cumpleaños número dieciocho con amigos. El primer concierto de su banda. Cenas familiares y partidas de scrabble con sus padres. El nacimiento de su hijo. Una hija.
Un montón de buenos recuerdos en los que podría profundizar, revivir...
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ilustración creada con IA