(Buenos Aires)
Carmen Naranjo, destacada escritora de Costa Rica murió ayer. La novelista, poeta y gestora cultural había trabajado durante muchos años a favor de la cultura costarricense.
La nota, enviada por Isabel Ortega Marques* (San Pablo, Brasil) a esta revista, se publica a continuación:
"El año 2012 comienza con la pérdida de uno de los personajes culturales más importantes de nuestro país. Hoy –a tempranas horas de la mañana- falleció la escritora, exministra de Cultura, Juventud y Deportes y Premio Magón Carmen Naranjo en su casa a sus 83 años de edad.
El anuncio lo realizó el Ministerio de Cultura en horas de la mañana. Por su parte el Ministro de Cultura, Manuel Obregón, destacó la importancia de Carmen Naranjo en la historia costarricense.
La palabra “es el todo, es la vida. Ella es vital. La palabra va más allá del espacio, la palabra es relámpago, a veces te desecha porque se cree que no es el momento y no hay oportunidad para profundizar. Vuelve e insiste y se va fermentando, tiene tanta fuerza que es como la gota que perfora la piedra. El relámpago que ilumina la palabra no viene solo, trae una serie de sensaciones maduras en la memoria, apunta a estallar en sus sentidos, son sensaciones que tocan y desafían”.
Escritora. Una de las mujeres que más ha influido en el desarrollo de la narrativa costarricense de tema urbano. Premio Aquileo J. Echeverría 1966 y 1971. Premio Magón 1986.
Carmen Naranjo nació en la ciudad de Cartago el 30 de enero de 1928. En la Escuela República del Perú, en San José, hizo sus estudios de enseñanza primaria, en el Colegio Superior de Señoritas los de la secundaria y los universitarios en la Universidad de Costa Rica, en donde obtuvo el título de licenciada en Filología. Realizó estudios de postgrado en las universidades Autónoma de México y de Iowa, Estados Unidos.
En su quehacer en la función pública se ha desempeñado como embajadora de Costa Rica en Israel, Subgerente Administrativa de la Caja Costarricense del Seguro Social, asistente de gerencia del Instituto Costarricense de Electricidad, Ministra de Cultura en el gobierno de Daniel Oduber, Directora de la editorial EDUCA, Presidenta del Consejo Nacional de Educación Física y Directora del Museo de Arte Costarricense.
Ha laborado como experta de las Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos (OEA) en El Salvador, República Dominicana, México y Estados Unidos y ha dirigido los programas regionales del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF). Fue coordinadora técnico-administrativa del Instituto Centroamericano de Administración Pública (ICAP).
Un hecho interesante y expresivo de lo que ha sido su participación en la función pública, es que ella redactó la ley de nacionalización eléctrica y participó muy activamente en la universalización de los seguros sociales.
Desde hace muchos años mantiene los talleres en que enseña y orienta a las y los jóvenes que desean dedicarse a la literatura.
A partir de la década de los sesenta hasta la fecha, las novelas, los relatos, los poemas y los ensayos de Carmen Naranjo invitan a la reflexión sobre la cotidianidad costarricense, a salir de la apatía a la que nos puede someter el apurado trajín urbano, al encuentro frontal con la mediocridad y el anonimato vital.
Carmen Naranjo ha ganado en nuestro país muchos premios literarios: entre ellos, el Premio Magón, en 1986, con lo cual fue la segunda mujer en obtenerlo y, en dos ocasiones, 1966 y 1971, ha recibido el Aquileo J. Echeverría de novela. Además, en el nivel internacional, la Universidad de Santo Domingo,
República Dominicana, le confirió en 1991 el Doctorado Honoris Causa, y el gobierno de Chile, en 1996, la Medalla Gabriela Mistral.
Ha sido la primera escritora en formar parte de la Academia Costarricense de la Lengua. A esa trayectoria en la vida pública nacional hay que sumar la de promoción cultural, tanto desde aquellos cargos oficiales como en ámbitos de carácter popular. Sin embargo, su verdadero cargo, como ha dicho la periodista Aurelia Dobles, ha sido el de creadora, tanto en la poesía como en la novela.
En la obra de Naranjo se hace nueva la frase hecha, compleja la cosa simple, desconocido el lugar común.
A su inspiración poética le debemos “Canción de la ternura” (1962), “Misa a oscuras” (1964), “Hacia tu isla” (1966), “En esta tierra redonda y plana” (2001) y “Marina Jiménez de Bolandi: recordándola” (2002).
Con su novela “Los Perros no Ladraron”, publicada en 1966, Carmen Naranjo inició un sendero de renovación de la literatura costarricense, al incorporar, explícitamente, el espacio urbano a la narrativa nacional; los únicos precedentes los encontramos en las novelas de Yolanda Oreamuno y “Ese que llaman pueblo”, de Fabián Dobles. Asimismo, nadie como ella ha retratado a la clase media urbana de nuestro país.
Jugó con los recuerdos y tiempos en “Memorias de un hombre de palabra” (1968); hizo crisis del mundo urbano en “Diario de una multitud” (1974) y de las costumbres costarricenses en los ensayos de “Cinco temas en busca de un pensador” (1977).
En estas obras y en otras posteriores, como “El caso 117.720” (1987) o “En partes” (1994), ha querido mostrar la crisis de valores en la sociedad costarricense, a través de la escisión entre palabras y acciones.
Carmen Naranjo es escritora incansable, figura trascendental de la literatura costarricense y centroamericana y pionera del discurso interior o el fluir de la conciencia, aplicados a la novela urbana de la región. Desde su narración asumió riesgos notables al recurrir, casi completamente, al diálogo de sus personajes. Pionera, desafiante, innovadora, Carmen Naranjo es, como bien dijo en una ocasión el desaparecido poeta Isaac Felipe Azofeifa, una mujer que se caracteriza por ser “Dinámica, segura de sí, inteligente (…) que lo ilumina todo con sus juicios, sus claras opiniones sobre el mundo y las gentes”.
Eternamente inquieta, casi hiperactiva, los años no han mermado su prolífica vocación. La novela Más allá del Parismina (2000) y los ya citados poemarios publicados en estos últimos años lo confirman.
Carmen Naranjo no solo es una mujer muy destacada en la vida nacional por la labor que ha desarrollado en la función pública y en la cultura, sino, sobre todo, porque, con talento y sensibilidad, nos ha dado novelas, poemas y ensayos que han enriquecido la literatura nacional y nos han deparado una experiencia estética innovadora, construida, con maestría, con la materia prima de la obra literaria, los sueños y las ficciones, la palabra, que ella concibe así:
(La palabra) “Es el todo, es la vida. Ella es vital. La palabra va más allá del espacio, la palabra es relámpago, a veces te desecha porque se cree que no es el momento y no hay oportunidad para profundizar. Vuelve e insiste y se va fermentando, tiene tanta fuerza que es como la gota que perfora la piedra. El relámpago que ilumina la palabra no viene solo, trae una serie de sensaciones maduras en la memoria, apunta a estallar en sus sentidos, son sensaciones que tocan y desafían”.
Carmen Naranjo Coto ingresó a la Galería de la Mujer del Instituto Nacional de las Mujeres en el año 2005, espacio donde se le reconoció el cumplimiento de su servicio y su ejemplo para las nuevas generaciones".
Carmen Naranjo, destacada escritora de Costa Rica murió ayer. La novelista, poeta y gestora cultural había trabajado durante muchos años a favor de la cultura costarricense.
La nota, enviada por Isabel Ortega Marques* (San Pablo, Brasil) a esta revista, se publica a continuación:
"El año 2012 comienza con la pérdida de uno de los personajes culturales más importantes de nuestro país. Hoy –a tempranas horas de la mañana- falleció la escritora, exministra de Cultura, Juventud y Deportes y Premio Magón Carmen Naranjo en su casa a sus 83 años de edad.
El anuncio lo realizó el Ministerio de Cultura en horas de la mañana. Por su parte el Ministro de Cultura, Manuel Obregón, destacó la importancia de Carmen Naranjo en la historia costarricense.
La palabra “es el todo, es la vida. Ella es vital. La palabra va más allá del espacio, la palabra es relámpago, a veces te desecha porque se cree que no es el momento y no hay oportunidad para profundizar. Vuelve e insiste y se va fermentando, tiene tanta fuerza que es como la gota que perfora la piedra. El relámpago que ilumina la palabra no viene solo, trae una serie de sensaciones maduras en la memoria, apunta a estallar en sus sentidos, son sensaciones que tocan y desafían”.
Escritora. Una de las mujeres que más ha influido en el desarrollo de la narrativa costarricense de tema urbano. Premio Aquileo J. Echeverría 1966 y 1971. Premio Magón 1986.
Carmen Naranjo nació en la ciudad de Cartago el 30 de enero de 1928. En la Escuela República del Perú, en San José, hizo sus estudios de enseñanza primaria, en el Colegio Superior de Señoritas los de la secundaria y los universitarios en la Universidad de Costa Rica, en donde obtuvo el título de licenciada en Filología. Realizó estudios de postgrado en las universidades Autónoma de México y de Iowa, Estados Unidos.
En su quehacer en la función pública se ha desempeñado como embajadora de Costa Rica en Israel, Subgerente Administrativa de la Caja Costarricense del Seguro Social, asistente de gerencia del Instituto Costarricense de Electricidad, Ministra de Cultura en el gobierno de Daniel Oduber, Directora de la editorial EDUCA, Presidenta del Consejo Nacional de Educación Física y Directora del Museo de Arte Costarricense.
Ha laborado como experta de las Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos (OEA) en El Salvador, República Dominicana, México y Estados Unidos y ha dirigido los programas regionales del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF). Fue coordinadora técnico-administrativa del Instituto Centroamericano de Administración Pública (ICAP).
Un hecho interesante y expresivo de lo que ha sido su participación en la función pública, es que ella redactó la ley de nacionalización eléctrica y participó muy activamente en la universalización de los seguros sociales.
Desde hace muchos años mantiene los talleres en que enseña y orienta a las y los jóvenes que desean dedicarse a la literatura.
A partir de la década de los sesenta hasta la fecha, las novelas, los relatos, los poemas y los ensayos de Carmen Naranjo invitan a la reflexión sobre la cotidianidad costarricense, a salir de la apatía a la que nos puede someter el apurado trajín urbano, al encuentro frontal con la mediocridad y el anonimato vital.
Carmen Naranjo ha ganado en nuestro país muchos premios literarios: entre ellos, el Premio Magón, en 1986, con lo cual fue la segunda mujer en obtenerlo y, en dos ocasiones, 1966 y 1971, ha recibido el Aquileo J. Echeverría de novela. Además, en el nivel internacional, la Universidad de Santo Domingo,
República Dominicana, le confirió en 1991 el Doctorado Honoris Causa, y el gobierno de Chile, en 1996, la Medalla Gabriela Mistral.
Ha sido la primera escritora en formar parte de la Academia Costarricense de la Lengua. A esa trayectoria en la vida pública nacional hay que sumar la de promoción cultural, tanto desde aquellos cargos oficiales como en ámbitos de carácter popular. Sin embargo, su verdadero cargo, como ha dicho la periodista Aurelia Dobles, ha sido el de creadora, tanto en la poesía como en la novela.
En la obra de Naranjo se hace nueva la frase hecha, compleja la cosa simple, desconocido el lugar común.
A su inspiración poética le debemos “Canción de la ternura” (1962), “Misa a oscuras” (1964), “Hacia tu isla” (1966), “En esta tierra redonda y plana” (2001) y “Marina Jiménez de Bolandi: recordándola” (2002).
Con su novela “Los Perros no Ladraron”, publicada en 1966, Carmen Naranjo inició un sendero de renovación de la literatura costarricense, al incorporar, explícitamente, el espacio urbano a la narrativa nacional; los únicos precedentes los encontramos en las novelas de Yolanda Oreamuno y “Ese que llaman pueblo”, de Fabián Dobles. Asimismo, nadie como ella ha retratado a la clase media urbana de nuestro país.
Jugó con los recuerdos y tiempos en “Memorias de un hombre de palabra” (1968); hizo crisis del mundo urbano en “Diario de una multitud” (1974) y de las costumbres costarricenses en los ensayos de “Cinco temas en busca de un pensador” (1977).
En estas obras y en otras posteriores, como “El caso 117.720” (1987) o “En partes” (1994), ha querido mostrar la crisis de valores en la sociedad costarricense, a través de la escisión entre palabras y acciones.
Carmen Naranjo es escritora incansable, figura trascendental de la literatura costarricense y centroamericana y pionera del discurso interior o el fluir de la conciencia, aplicados a la novela urbana de la región. Desde su narración asumió riesgos notables al recurrir, casi completamente, al diálogo de sus personajes. Pionera, desafiante, innovadora, Carmen Naranjo es, como bien dijo en una ocasión el desaparecido poeta Isaac Felipe Azofeifa, una mujer que se caracteriza por ser “Dinámica, segura de sí, inteligente (…) que lo ilumina todo con sus juicios, sus claras opiniones sobre el mundo y las gentes”.
Eternamente inquieta, casi hiperactiva, los años no han mermado su prolífica vocación. La novela Más allá del Parismina (2000) y los ya citados poemarios publicados en estos últimos años lo confirman.
Carmen Naranjo no solo es una mujer muy destacada en la vida nacional por la labor que ha desarrollado en la función pública y en la cultura, sino, sobre todo, porque, con talento y sensibilidad, nos ha dado novelas, poemas y ensayos que han enriquecido la literatura nacional y nos han deparado una experiencia estética innovadora, construida, con maestría, con la materia prima de la obra literaria, los sueños y las ficciones, la palabra, que ella concibe así:
(La palabra) “Es el todo, es la vida. Ella es vital. La palabra va más allá del espacio, la palabra es relámpago, a veces te desecha porque se cree que no es el momento y no hay oportunidad para profundizar. Vuelve e insiste y se va fermentando, tiene tanta fuerza que es como la gota que perfora la piedra. El relámpago que ilumina la palabra no viene solo, trae una serie de sensaciones maduras en la memoria, apunta a estallar en sus sentidos, son sensaciones que tocan y desafían”.
Carmen Naranjo Coto ingresó a la Galería de la Mujer del Instituto Nacional de las Mujeres en el año 2005, espacio donde se le reconoció el cumplimiento de su servicio y su ejemplo para las nuevas generaciones".
* Isabel Ortega Marques, directora de teatro y dramaturga y gestora cultural, es la Organizadora de las Jornadas Internacionales de Mujeres Escritoras en Brasil
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