(Buenos Aires)
La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner en una nutrida ceremonia que culminó con una comunicación en cadena nacional, otorgó el Premio Bicentenario el día en que se conmemora la Declaración Universal de los Derechos Humanos a la Asociación Madres de Plaza de Mayo.
El reconocimiento es una estatuilla réplica de la Pirámide de Mayo alrededor de la cual las Madres marchan hace ya más de 33 años. Durante la ceremonia, niñas y niños de escuelas públicas fueron quienes entregaron a cada una de las luchadoras su correspondiente caja con el premio a su nombre.
El salón de los Patriotas Latinoamericanos recibió en su seno a las mujeres que hicieron del pañuelo blanco un emblema de dignidad para el continente y el mundo.
La Presidenta destacó que “es para mí un creo inmerecido honor, en este Día Universal de los Derechos Humanos, 10 de diciembre de nuestro Año Bicentenario, presidir esta ceremonia tan maravillosa, en donde hemos distinguido a hombres y mujeres, como el Doctor Baltasar Garzón, que recibió el Premio Azucena Villaflor de Vicenti 2010; la distinguida jurista de Zimbabwe, que recibe el Premio Emilio Mignone, del Centro de Estudios Legales y Sociales, y finalmente nuestras Madres y Abuelas, todas ellas - sin distinción - que reciben el Premio del Bicentenario, esa maravillosa estatuilla de nuestra Pirámide de Mayo, que ellas tantas veces dieron vuelta durante años buscando a sus hijos y a sus familiares.”
El reconocimiento es una estatuilla réplica de la Pirámide de Mayo alrededor de la cual las Madres marchan hace ya más de 33 años. Durante la ceremonia, niñas y niños de escuelas públicas fueron quienes entregaron a cada una de las luchadoras su correspondiente caja con el premio a su nombre.
El salón de los Patriotas Latinoamericanos recibió en su seno a las mujeres que hicieron del pañuelo blanco un emblema de dignidad para el continente y el mundo.
La Presidenta destacó que “es para mí un creo inmerecido honor, en este Día Universal de los Derechos Humanos, 10 de diciembre de nuestro Año Bicentenario, presidir esta ceremonia tan maravillosa, en donde hemos distinguido a hombres y mujeres, como el Doctor Baltasar Garzón, que recibió el Premio Azucena Villaflor de Vicenti 2010; la distinguida jurista de Zimbabwe, que recibe el Premio Emilio Mignone, del Centro de Estudios Legales y Sociales, y finalmente nuestras Madres y Abuelas, todas ellas - sin distinción - que reciben el Premio del Bicentenario, esa maravillosa estatuilla de nuestra Pirámide de Mayo, que ellas tantas veces dieron vuelta durante años buscando a sus hijos y a sus familiares.”
Luego expresó que “ esta - mis queridos compatriotas - es una Argentina diferente, es una Argentina que hemos construido entre todos, respetando la memoria, la verdad y la justicia y superando, creo, lo que muchas veces quiere hacerse aparecer en la sociedad como una contradicción, como que los derechos humanos fueran de un determinado sesgo ideológico. Y yo no me voy a cansar de repetir que los derechos humanos no son ni de izquierda ni de derecha; son simplemente - nada más y nada menos que eso - los derechos humanos, los que distinguen a la condición humana y los que nos hacen respetar la vida y la integridad personal y moral de cada ciudadano y de cada ciudadana en el marco de la Constitución y las leyes; la Constitución, las leyes, también nuestra democracia y también la generación de nuevos derechos sociales que permitan restituir también derechos qu e habían sido perdidos al trabajo, a la educación, a la seguridad.”
Eligió la emblemática jornada para “ anunciar a todo el país, y junto a todos ustedes como un símbolo de esto que estoy diciendo, la creación del Ministerio de Seguridad, que será separado del Ministerio de Justicia.”
Y luego anunció que “frente a este Ministerio de Seguridad estará una persona en la que tengo plena confianza por la labor que ha desempeñado y fundamentalmente por su compromiso con la justicia, con el derecho a la seguridad que tienen todos los ciudadanos de nuestro país, y fundamentalmente un compromiso también muy fuerte con el sistema democrático.”
En otro tramo explicó que “ese es el compromiso, que sé que va a tener la ministra de Seguridad, en cuidar también la seguridad de todos los ciudadanos, a la que todos tienen derecho, en la República Argentina, todos, absolutamente todos. Pero no es a través del miedo, no es a través de enfrentar comunidades, que vamos a lograr seguridad. Y en este sentido, yo quiero decirles a mis invitados, a los invitados de la República Argentina, que hoy nos acompañan, que este salón es el Salón de los Patriotas Latinoamericanos; este salón fue inaugurado, el 25 de mayo de esta año, con motivo de cumplir nuestro 200 años; sentados en estos lugares estaban los presidentes de Uruguay, de Paraguay, de Bolivia, de Chile, de Venezuela, de Brasil, que nos acompañaron y como ustedes verán también nos acompañan todos los líderes y fundadores de la Patria Grande.”
Y agregó “por eso quiero decirles a todos los argentinos que - como Presidenta de la Nación - no estoy dispuesta a que la Argentina se integre al Club de países xenófobos de este planeta. ¿Por qué digo esto? Porque digo esto, porque en la historia... aquí nos acompañan Martin Luther King III, el hijo de Martín Luther King, símbolo, si lo hay universal en la lucha contra la discriminación y el racismo. Y yo sostengo - queridos compatriotas - que la xenofobia y el incentivar discriminaciones étnicas o religiosas o de cualquier naturaleza sólo ha servido para que la humanidad protagonice sus capítulos y sus historias más negras y fatales.”
La Presidenta se dirigió a las Madres cuando dijo: “Créanme que nada le interesa a esta Presidenta más que preservar la vida y el patrimonio de cada uno de los argentinos. Pero también, porque creo en Dios en serio y porque creo en el Evangelio en serio, sé que no puedo quitarle la vida a nadie para defender algo material, porque la vida nunca se recupera. Cuando te arrebatan la vida, cuando se te va un ser querido, nada lo puede reparar, nada ni nadie.” Y agregó: “Y sé que tal vez, este sea el ámbito donde más comprendan mis palabras, porque siempre las he admirado mucho a todas ustedes, no solamente por los años de lucha, por la valentía, por arriesgar sus vidas, por esa terquedad, esa perseverancia. En realidad, lo que siempre más admiración me causó de todas ustedes, fue que nunca intentaran recurrir a la violencia, ped ir venganza o pedir una pena de muerte; al contrario, las veo con sus pañuelos, con sus pelos blancos ya a muchas de ustedes, sabiendo que ya nadie les va a devolver lo les quitaron y eso hace redoblar mi convicción de que ese es el verdadero camino democrático, libertario e igualitario que una sociedad que se dice civilizada debe tener para lograr justicia. Ustedes son el más vivo ejemplo de que la venganza y el odio no sirven; que solo la Justicia es la que, finalmente, llega.”
Finalmente agradeció a las y los presentes, y saludó a cada una de las Madres, que, orgullosas se llevaban su premio. El más merecido de los que existen.
Eligió la emblemática jornada para “ anunciar a todo el país, y junto a todos ustedes como un símbolo de esto que estoy diciendo, la creación del Ministerio de Seguridad, que será separado del Ministerio de Justicia.”
Y luego anunció que “frente a este Ministerio de Seguridad estará una persona en la que tengo plena confianza por la labor que ha desempeñado y fundamentalmente por su compromiso con la justicia, con el derecho a la seguridad que tienen todos los ciudadanos de nuestro país, y fundamentalmente un compromiso también muy fuerte con el sistema democrático.”
En otro tramo explicó que “ese es el compromiso, que sé que va a tener la ministra de Seguridad, en cuidar también la seguridad de todos los ciudadanos, a la que todos tienen derecho, en la República Argentina, todos, absolutamente todos. Pero no es a través del miedo, no es a través de enfrentar comunidades, que vamos a lograr seguridad. Y en este sentido, yo quiero decirles a mis invitados, a los invitados de la República Argentina, que hoy nos acompañan, que este salón es el Salón de los Patriotas Latinoamericanos; este salón fue inaugurado, el 25 de mayo de esta año, con motivo de cumplir nuestro 200 años; sentados en estos lugares estaban los presidentes de Uruguay, de Paraguay, de Bolivia, de Chile, de Venezuela, de Brasil, que nos acompañaron y como ustedes verán también nos acompañan todos los líderes y fundadores de la Patria Grande.”
Y agregó “por eso quiero decirles a todos los argentinos que - como Presidenta de la Nación - no estoy dispuesta a que la Argentina se integre al Club de países xenófobos de este planeta. ¿Por qué digo esto? Porque digo esto, porque en la historia... aquí nos acompañan Martin Luther King III, el hijo de Martín Luther King, símbolo, si lo hay universal en la lucha contra la discriminación y el racismo. Y yo sostengo - queridos compatriotas - que la xenofobia y el incentivar discriminaciones étnicas o religiosas o de cualquier naturaleza sólo ha servido para que la humanidad protagonice sus capítulos y sus historias más negras y fatales.”
La Presidenta se dirigió a las Madres cuando dijo: “Créanme que nada le interesa a esta Presidenta más que preservar la vida y el patrimonio de cada uno de los argentinos. Pero también, porque creo en Dios en serio y porque creo en el Evangelio en serio, sé que no puedo quitarle la vida a nadie para defender algo material, porque la vida nunca se recupera. Cuando te arrebatan la vida, cuando se te va un ser querido, nada lo puede reparar, nada ni nadie.” Y agregó: “Y sé que tal vez, este sea el ámbito donde más comprendan mis palabras, porque siempre las he admirado mucho a todas ustedes, no solamente por los años de lucha, por la valentía, por arriesgar sus vidas, por esa terquedad, esa perseverancia. En realidad, lo que siempre más admiración me causó de todas ustedes, fue que nunca intentaran recurrir a la violencia, ped ir venganza o pedir una pena de muerte; al contrario, las veo con sus pañuelos, con sus pelos blancos ya a muchas de ustedes, sabiendo que ya nadie les va a devolver lo les quitaron y eso hace redoblar mi convicción de que ese es el verdadero camino democrático, libertario e igualitario que una sociedad que se dice civilizada debe tener para lograr justicia. Ustedes son el más vivo ejemplo de que la venganza y el odio no sirven; que solo la Justicia es la que, finalmente, llega.”
Finalmente agradeció a las y los presentes, y saludó a cada una de las Madres, que, orgullosas se llevaban su premio. El más merecido de los que existen.
fuente: Prensa Asociación Madres de Plaza de Mayo
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