Algunos niños jugando cerca de los espejos la distrajeron. No era
habitual que en un lugar así y a esa hora hubiera niños. El que más llamaba la
atención era un niño rubio de pelo largo. ¿Cómo se llamaría? El niño iba hacia el espejo, se miraba y salía
corriendo, arrastraba un juguete. Y ahora, pensaba por qué estaba ahí a esa
hora, podría haber estado en cualquier otra parte, tal vez en un bar de algún
barrio alejado.
Casi siempre encontraba alguna muestra de arte para
visitar y con ese pretexto lograba introducirse en algún cocktail y observaba.
Eran pinturas que se exhibían en esos lugares con el propósito de vendérselas a
los turistas. Casi todo lo que se exhibía era arte moderno, ese arte antiplatónico y antiaristotélico que
ponía al desnudo lo elemental de la existencia y rechazaba toda forma ya adquirida. Oposición
del arte al consenso de la cultura. Para eso existen el arte moderno y los
artistas ¿o no era así?
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