"...El Pop Art rejuveneció por completo el mundo neoyorquino. Significó para las galerías, los coleccionistas, los asiduos de las exposiciones, la prensa especializada y los ingresos de los artistas lo mismo que los Beatles significaban por aquel entonces para el mundo del disco. ¡Era el deshielo! ¡La primavera! La prensa abrazó al Pop Art con un deleite priápico. Aquel maldito Expresionismo Abstracto había sido tan solemne, tan severo..." Vestigios de sensibilidad vulnerada se abren camino dubitativamente por un campo de azul cobalto no siempre propicio.". ¿Cómo se puede escribir sobre un asunto tan monstruoso? El Pop Art, en cambio, es divertido...".
(Tom Wolfe, La Palabra pintada, Editorial Anagrama)
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